viernes, febrero 08, 2008

La historia de Larry Walters

Larry Walters, camionero de Los Angeles, tomó un buen día la decisión de cumplir sus sueños de infancia: ser aviador.

En 1982, compró 45 globos sonda meteorológicos de 10 metros cúbicos de capacidad y 1,22 metros de diámetro cada uno en una tienda de la Marina. Compró además varios tubos de gas helio, y se preparó para su gran hazaña.

Tomó su confortable reposera de jardín construida de aluminio y la ancló mediante una cuerda a la defensa de su camioneta todo terreno. Ató los globos al armazón de la silla de jardín y los llenó con 450 m3 de helio. Luego, contento con la aventura que estaba a punto de emprender, bautizó a su reposera voladora con el soñador nombre de "Inspiración I" y se proveyó de los avíos que consideró necesarios, a saber: una radio de 27 megaciclos, múltiples latas de cerveza Miller Lite, algunos emparedados y un rifle de aire comprimido. Su plan era sobrevolar el valle a unos cómodos 9 metros de altura. Cuando se cansara de viajar, rompería algunos globos con su arma para descender lentamente hasta la seguridad del suelo.

En lugar de flotar grácilmente a 9 metros de altura, el conjunto de globos imprimió a la silla una flotabilidad monstruosa. La reposera saltó hacia arriba como si hubiera sido disparada con un cañón, mientras el desesperado Larry Walters se aferraba a sus correas. Sólo se estabilizó y detuvo su ascenso a los 4.800 metros de altura.

Se encontraba suspendido a casi 5.000 metros de altura en una posición de equilibrio sumamente inestable, y no podía arriesgarse a disparar a su formación de globos por miedo a alterar ese equilibrio y precipitarse a tierra.

Para colmo de males, Larry no se hallaba estacionario sobre un lugar cualquiera, sino en medio del corredor de aproximación primaria a las tres pistas principales del Aeropuerto Internacional de Los Angeles.

Como es natural, se le ordenó enfáticamente que descendiera, a lo que Walters respondió explicando que no tenía medios para hacerlo.

Han pasado catorce horas del inusual "despegue", y Larry Walters está ahora en un estado próximo a la hipotermia. Le cuesta pensar con claridad, pero aún conserva la lucidez suficiente como para no atreverse a disparar contra los globos que lo sustentan.

Larry consiguió reunir el valor suficiente como para apuntar con cuidado a sus globos y comenzar a reventarlos.

El descenso no fue, tampoco, tan suave como el aeronauta había planeado. Se precipitó a tierra atado a su reposera, y sus globos se engancharon en una línea de alta tensión, cortando los cables. El apagón subsiguiente dejó a Long Beach entera sin luz durante 20 minutos.

La Administración de Aviación no estaba contenta con Walters. Como cualquiera puede imaginar, presentó cargos contra él y solicitó su procesamiento, condena y prisión.

Once años después de su único vuelo, solo, pobre y desesperado, Larry Walters comprendió por fin que su vida era un desastre y él un pobre fracasado. Nunca se había casado; nadie se había enamorado de él; no tenía hijos; no conocía la felicidad; ni siquiera había conseguido cumplir su sueño de ser piloto.

El 6 de octubre de 1993 se internó en un bosque con su escopeta. Apoyó la culata en el suelo y la boca del cañón en su pecho y se mató de un tiro. Tenía sólo 44 años.

http://axxon.com.ar/axxon.htm


Existe una película australiana basada en la historia de Larry Walters: Danny Deckchair

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

joder cuanto texto

12:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

calla i llig

12:30 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Buf, casi que lo imprimiré y lo iré leyendo poco a poco en mis visitas al WC

12:32 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es una buena opción, o cuando vayas en tren

8:27 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

yo lo leeré mientras me doy una vuelta en mi sofá atado a una docena de globos de helio

10:26 a. m.  
Blogger ferran said...

Puto loco! Els seus ous d fer aizo

3:04 a. m.  
Blogger ferran said...

Puto loco! Els seus ous d fer aizo

3:05 a. m.  

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