La historia de Larry Walters
Larry Walters, camionero de Los Angeles, tomó un buen día la decisión de cumplir sus sueños de infancia: ser aviador.
En 1982, compró 45 globos sonda meteorológicos de 10 metros cúbicos de capacidad y 1,22 metros de diámetro cada uno en una tienda de la Marina. Compró además varios tubos de gas helio, y se preparó para su gran hazaña.
Tomó su confortable reposera de jardín construida de aluminio y la ancló mediante una cuerda a la defensa de su camioneta todo terreno. Ató los globos al armazón de la silla de jardín y los llenó con 450 m3 de helio. Luego, contento con la aventura que estaba a punto de emprender, bautizó a su reposera voladora con el soñador nombre de "Inspiración I" y se proveyó de los avíos que consideró necesarios, a saber: una radio de 27 megaciclos, múltiples latas de cerveza Miller Lite, algunos emparedados y un rifle de aire comprimido. Su plan era sobrevolar el valle a unos cómodos 9 metros de altura. Cuando se cansara de viajar, rompería algunos globos con su arma para descender lentamente hasta la seguridad del suelo.
Se encontraba suspendido a casi 5.000 metros de altura en una posición de equilibrio sumamente inestable, y no podía arriesgarse a disparar a su formación de globos por miedo a alterar ese equilibrio y precipitarse a tierra.
Para colmo de males, Larry no se hallaba estacionario sobre un lugar cualquiera, sino en medio del corredor de aproximación primaria a las tres pistas principales del Aeropuerto Internacional de Los Angeles.
Como es natural, se le ordenó enfáticamente que descendiera, a lo que Walters respondió explicando que no tenía medios para hacerlo.
Han pasado catorce horas del inusual "despegue", y Larry Walters está ahora en un estado próximo a la hipotermia. Le cuesta pensar con claridad, pero aún conserva la lucidez suficiente como para no atreverse a disparar contra los globos que lo sustentan.
Larry consiguió reunir el valor suficiente como para apuntar con cuidado a sus globos y comenzar a reventarlos.
El descenso no fue, tampoco, tan suave como el aeronauta había planeado. Se precipitó a tierra atado a su reposera, y sus globos se engancharon en una línea de alta tensión, cortando los cables. El apagón subsiguiente dejó a Long Beach entera sin luz durante 20 minutos.
La Administración de Aviación no estaba contenta con Walters. Como cualquiera puede imaginar, presentó cargos contra él y solicitó su procesamiento, condena y prisión.
Once años después de su único vuelo, solo, pobre y desesperado, Larry Walters comprendió por fin que su vida era un desastre y él un pobre fracasado. Nunca se había casado; nadie se había enamorado de él; no tenía hijos; no conocía la felicidad; ni siquiera había conseguido cumplir su sueño de ser piloto.
El 6 de octubre de 1993 se internó en un bosque con su escopeta. Apoyó la culata en el suelo y la boca del cañón en su pecho y se mató de un tiro. Tenía sólo 44 años.
Existe una película australiana basada en la historia de Larry Walters: Danny Deckchair
joder cuanto texto
calla i llig
Buf, casi que lo imprimiré y lo iré leyendo poco a poco en mis visitas al WC
Es una buena opción, o cuando vayas en tren
yo lo leeré mientras me doy una vuelta en mi sofá atado a una docena de globos de helio
Puto loco! Els seus ous d fer aizo
Puto loco! Els seus ous d fer aizo